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Qué nos mueve
Nos comprometimos con esta misión social porque entendemos que los más pobres, además de estar marginados del sistema sanitario, educativo, habitacional, y de seguridad social, lo están también del sistema financiero. Esta exclusión fomenta la desigualdad de ingresos y oportunidades, y afecta la estabilidad económica de estas familias. No contar con oportunidades de financiamiento para proyectos laborales y/o personales, y para cubrir sus emergencias económicas son causas directas que impiden su crecimiento y progreso.
Actualmente según un relevamiento que hizo la organización Techo para mi Pais en 2016 hay 3837 asentamientos donde viven unas 788.425 familias en condiciones de precariedad con limitados accesos a los servicios básicos elementales.
Por medio de créditos sociales buscamos que la persona tenga la oportunidad de financiar sus proyectos en condiciones convenientes. Consideramos muy importante que los préstamos otorgados sean usados eficientemente y en beneficio del hogar. Nos ocupamos de que se ajusten tanto a las limitaciones económicas como a las necesidades particulares de cada uno de los prestatarios. Para nosotros es fundamental que los créditos sean una oportunidad de crecimiento, y no una pesada carga de deuda a la hora de devolverlos.
De quienes viven en asentamientos y barrios informales...
1 de cada 3 declaró haber tenido hambre por motivos económicos en los últimos 12 meses
54% tiene deficits en los servicios básicos
2 de cada 5 no tiene una vivienda digna
65% de los trabajadores activos no tienen cobertura de salud
El impacto de la inflación en el sector informal
Otro factor que profundiza la desigualdad es la inflación. Lamentablemente quienes se encuentran fuera del empleo registrado no tienen la posibilidad de tener incrementos que compensen el impacto de la suba de precios. El 84,70% de los trabajadores activos de la población objetivo no tienen un empleo formal. La gran mayoría son cuentapropistas, hacen changas, tienen trabajos temporarios o son no asalariados por lo que estan completamente desprotegidos frente a los aumentos de precios continuos.
Además, al no tener acceso al sistema financiero formal el poco dinero que tienen es en efectivo guardado en sus hogares. Allí esta expuesto a robos, cada vez vale menos por la inflación, y además genera una tentación a gastarlo. En estas condiciones proyectar para un objetivo de ahorro se vuelve imposible.
La falta de garantías crediticias
Otra de las consecuencias de vivir en la informalidad es la imposibilidad de cumplir con los requisitos crediticios que exigen las distintas entidades de crédito como bancos u agencias de crédito. Esto los obliga a recurrir a prestamistas locales que cobran tasas de interés sumamente altas de entre el 1100% y el 2600% anual. La falta de acceso a créditos en condiciones justas es una de las tantas barreras que tienen para salir de este estado de vulnerabilidad y alcanzar sus proyectos.
La falta de mecanismos de cobertura
Una de las cosas que caracteriza a las personas que viven en situación de vulnerabilidad es la imposibilidad para cubrirse de distintos tipos de emergencias o contingencias. Algunas de estas emergencias pueden ser una inundación, una enfermedad, una filtración en el techo, alimentos, etc. El 65,70% no cuenta con servicios de cobertura de salud.
Por medio de mecanismos de cobertura como los créditos de emergencia podemos atenuar el impacto negativo de estas contingencias. Estos créditos son de bajo monto y rápido desembolso permitiendo que la persona pueda cubrir esa eventual emergencia rápidamente.
Todas estas barreras y obstáculos desmotivan el alcance de cualquier meta o proyecto de vida. Es por eso que por medio de servicios financieros adecuados a las necesidades y créditos sociales con una amplia gama de facilidades en su devolución es que buscamos que tengan una nueva oportunidad para hacer realidad sus sueños y conseguir una mejor calidad de vida.
"Las tasas de interés de los préstamistas informales, la única opción de financiamiento de muchos, ronda entre el 1100% y el 2600% anual"
"La mitad asegura haber discontinuado tratamientos médicos por motivos económicos en los últimos 12 meses"